domingo, 5 de septiembre de 2010

Tras la muerte que ella esperaba que llegara, todo había vuelto a ser como hace unos años antes.
Nadie hablaba, todos caminaban, ella lloraba, ella sentía. Quién miraba?, nadie lo hacía. Sólo era la sensación de sentirse observada la que sentía, pero nadie la miraba. A quién le importaba? Angustia sentía, lagrimas corrían, y ella sola vagaba sin rumbo y sin vida. O quizás, si tenía vida, pero, quien la valoraba? Nadie sabe. Ella misma estaba confundida. Todos los días la misma rutina. Se levanta, camina, se mira en el espejo y llora. No sabe por qué. Se limpia la cara y vuelve a caminar. Sale, camina. Se tropieza y cae. No se levanta. Pasan días. Se aburre de tener la cara en el piso. Se levanta, camina. Vuelve a su casa. Casa? La tiene? . No lo sé. Ella tampoco. Quizás anda no más. Lo que no sabe es que es ella la que falleció. Lo sabe?